Llevaba 2 días alimentándome correctamente, sin atracones. Hoy ha vuelto a visitarme la bulimia, ese terrible demonio que se introduce en mi cuerpo y sólo me ordena comer, comer y comer. Y luego, después de todo, me dice: "¿qué has hecho? Ahora estás gordo, has sido un cerdo, comiendo como un animal,¿no te da vergüenza?"
Entonces mis ojos se convierten en un mal de lágrimas y mi mente ya no piensa en otra cosa que librarse de todo lo que he comido. 
Primero: Me he comido dos paquetes de chicles que han hecho poco efecto laxante.
Segundo: Mucha agua, 4 ó 5 litros.
Tercero: Ejercicio durante 4 horas, aunque con descansos. Intenté seguir, pero ya no podía más. 
Cuarto: Ducha. Al final estuve un rato con agua helada para olvidarme de todo. Sentir sólo frío en mi cuerpo, empañar mi cerebro, congelar la culpa todavía existente.
No he cenado, no me he tomado la medicación.
Me he puesto a ver una película y he decidido empezar de cero. Mañana COMERÉ NORMAL, pasado COMERÉ NORMAL y espero que, para siempre, COMA NORMAL. 
Eso sí, no seré feliz hasta que no vuelva a ver que mis muslos no se juntan, no seré feliz hasta que me baile la talla 36, no seré feliz hasta que las caderas se me señalen, no seré feliz hasta que mi culo se reduzca, no seré feliz hasta que me digan que estoy muy delgado, no seré feliz hasta ser perfecto.
Y qué tristeza pensar así...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario